viernes, 16 de noviembre de 2012

De nada sirve tener mil pasados sin tener ningun futuro


De nuevo rumbo a  la pequeña ciudad =) . Las vías te alejan de aquello que se está convirtiendo cada vez más en tu hogar. Hace ya casi dos meses que llegaste a la gran ciudad, con las ganas por los suelos y sin intención de hacer nada al respecto para que mejorase la situación. Es entonces cuando te planteas que haces aquí. Si es realmente la opción que querías. Pero sabes que ya no puedes hacer nada, que estas donde has luchado por estar y ni siquiera sabes que haces planteándote todo esto. Quizás escapar es de cobardes, pero es el camino más fácil. También el tiempo y la distancia aclaran tus ideas, que es lo que todos buscamos y con el tiempo encuentras.

Y una noche cualquiera empiezas a conocer a una persona que no sabe lo que es el Pacharán, pero que si que sabe lo que es hacerte reír y te hace la vida un poco más amena. Y conoces a gente, que está un poco loca, cada uno con una historia distinta pero que te alegran las noches y te hacen olvidar aquello que no quieres recordar. Y entonces ya no te ves tan sola, y empiezas a coger fuerzas. Y la gran ciudad ya no te parece tan grande y recuerdas tus ganas de comerte el mundo subida en tus tacones. Que quizás no es lo que esperabas, pero también quizás no has hecho nada para conseguirlo. Y sabes que esto tiene que cambiar. La vida tiene algo preparado para ti y no te vas a quedar sentada viéndolas venir.

Y te das cuenta de que has vivido rápido para no pensar. Y te acaba pasando factura. Y de repente, sin saber porque, llevas unas cuantas noches pensando en quien no debías pensar. Acordándote de tantos recuerdos que te estremecen cada vez que los piensas. Tal vez será que ya ha pasado el enfado y el rencor. Y sabes que estás a X paradas de metro de algo que no deberías. De una historia que no puede ser. Que tuvo su final y que nunca podría volver a empezar de cero. Pero no niego que no se me haya pasado por la cabeza volver a ver aquella sonrisa que un día me dijo que se estaba enamorando. Eres boba, el nunca te quiso. Y tú tuviste demasiado orgullo y fuiste de todo menos tú misma.

Y tal vez por eso te refugiaste en otros besos y en otros abrazos. Y ahora empiezas a entender que quizás solo fue un refugio. Corriste demasiado rápido y los pies se quedaron fríos. Y así no se piensa bien. Parada en seco y de repente te das cuenta de mil cosas. Que quizás te has vuelto a equivocar. Historias que se repiten y amor que tal vez no es amor.  Y ya no sabes si eres tú, que intentas buscar a alguien en otra persona. Que exiges a veces demasiado cuando todo empieza a ir bien y no exiges nada cuando las cosas peligran. ¿Y qué hacer ahora? Por lo pronto lo único que se me ocurre es dejar que pase lo que tenga que pasar, para bueno o para malo en algo desembocará, y también ser sincera conmigo misma. No podemos vivir pensando todo el rato en que va a pasar, ni en qué hubiera pasado si hubieras actuado de otra forma. Pero es algo que aun no consigo quitarme de la cabeza.



Reducir velocidad, no tengo ninguna prisa por llegar a ningún lugar.